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En los colegios  se escucha a  niños y adolescentes cómo invierten su tiempo libre y manifiestan como  las redes sociales  les llegan a atrapar de tal manera que corren el riesgo de aislarse de todo contacto social.

Cada vez es más frecuente ver grupos de amigos que quedan y no interactúan entre ellos. Podemos ver como cada uno se sumerge en su mundo, en su pantalla. Y es que vivimos en un mundo hiperconectado que puede resultar difícil desconectar, pues son imparables la cantidad de correos electrónicos, tuits, likes, whatsapp, fotos, apps…que nos mantienen enchufados a la vida moderna y todo lo puedes tener a tu alcance sin salir de la habitación.

Los «Hikikomoris», es un término japonés que se asigna a las personas que viven retirados de todo contacto social y, a menudo, no abandonan su casa en años.

Se pensaba que esta condición era única de Japón, pero en los últimos años se ha extendido por el mundo. No solo ocurre en Asia; también está pasando en Estados Unidos, España, Italia, Francia y en otras partes del mundo . En España es conocido como el «Síndrome de caracol», así lo describe la psicóloga infantil María Luisa Ferrerós, en su reciente libro “Dame la mano“. Explica la experta en educación que éste llamado síndrome puede aparecer entre los 8 y los 10 años, aunque es más frecuente en preadolescentes y adolescentes (Podcast)

En España se han empezado a ver algunos casos, pero han sido reversibles de forma poco traumática“. Y explica por qué: “Aquí tenemos unas condiciones que lo evitan de forma natural: un clima amable que incentiva salir a la calle, y nuestras ciudades pequeñas son más amables, sin tantas aglomeraciones y con mucha vida al aire libre”.

¿CUÁLES SON LAS SEÑALES DE ALARMA?

Todos aquellos cambios de actitud del comportamiento normal del niño o la niña, que deje de hacer sus actividades cotidianas por quedarse en la habitación conectado y no sean capaces de pausar o apagar sus aparatos para hacer alguna actividad fuera de la pantalla. Cambios de humor, pasar de ser una persona risueña a estar malhumorada. Modificaciones en la dieta, pasando de comer bien a comer en la habitación comida poco saludable, como chucherías, aperitivos… Problemas de sueño, el llamado vamping que hace referencia al fenómeno por el cual las personas, generalmente adolescentes, utilizan aparatos electrónicos (móvil, tablet, ordenador…) durante la noche, reduciendo las horas necesarias de sueño.

USO EN POSITIVO DE LA TECNOLOGÍA

Para evitar que las pantallas se conviertan más que en una herramienta en un recurso que les perjudique, María Luisa Ferrerós alude a la prevención.

  • Evitar los dispositivos electrónicos para distraerlos y que no molesten, como por ejemplo en los restaurantes, “algo que se ve mucho más de lo que sería deseable”.
  • Aprovechar las comidas en familia para hablar con nuestros hijos e hijas, conocer sus opiniones y las cosas que les preocupan. Para lograrlo, podemos colocar todos los teléfonos (incluidos los de los padres) en una cestita, y sentarnos a la mesa sin WiFi ni televisión.
  • Insistir en llevar a los peques al parque para que jueguen con otros niños e invitar a amigos y vecinos a casa cuando el clima no lo permite.
  • Implicar a los hijos en la vida familiar: cocinar juntos, repartirnos las tareas, compartir, hacer excursiones, descubrir cosas con ellos y darles a elegir el “¿apagamos y jugamos juntos?”.
  • La televisión, las tabletas o los móviles son instrumentos que tenemos que utilizar en positivo, ya que existen muchas apps y juego educativos fantásticos con los que pueden interactuar y que pueden ser una fuente de aprendizaje social e intelectual.
  • Evitar que nuestros hijos e hijas dispongan de televisión o teléfono en su cuarto, y “centralizar su uso en lugares neutros”, como el salón, que es de toda la familia.

SOCIALIZAR = APRENDER

Fuentes: WWW.pantallas amigas.net. BBC. Sara Justo (Educando en libertad)

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