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Es necesario enseñar desde la primera etapa de la vida a gestionar las emociones, el autocontrol, la autoestima, etc., de manera que cada individuo aprenda a conocer sus propias emociones y a trabajar la empatía para entender las interacciones que se producen en el mundo que le rodea.

Si hay un entorno donde es imprescindible que se dé el desarrollo de competencias emocionales, este es el de la familia. Los fuertes lazos emocionales entre padres e hijos hacen necesario que unos y otros puedan aprender a ser emocionalmente inteligentes con el objetivo de conseguir vivir todos con mayor bienestar.

Muchos padres ya son conscientes de la importancia que puede tener para un niño la educación y el correcto desarrollo de sus emociones, pero no saben cómo empezar con ello. Te ofrecemos algunas sencillas guías:

1º Saber identificar las propias emociones

Ser conscientes de  las propias emociones, de sus causas y de sus posibles consecuencias. Una buena manera de empezar a trabajar la conciencia emocional puede ser respondiendo a preguntas como ¿Cómo me siento en este momento? ¿Por qué me siento así? ¿Cómo estoy manifestando lo que estoy sintiendo? ¿Qué puede hacer para corregirla?

Si verbalizamos  como nos sentimos ampliamos el vocabulario emocional de los niños a la vez que damos ejemplo de cómo manejamos nuestra propia gestión emocional.

2ºAyudar a los niños a gestionar sus emociones

Es importante enseñar a los hijos a conectar con sí mismos para que puedan comprender mejor cómo se sienten, y cualquier momento o situación del día a día es buena para practicar y desarrollar la conciencia emocional.

Deben prestar  atención a sus emociones, tanto si son positivas como la alegría o negativas como la tristeza o el enfado, para luego poder etiquetarlas y ponerles nombre.

3º Hay que trabajar con ellos la causa de esa emoción, que verbalicen qué es lo que les ha causado que se sienten de esa manera. Hay que destacar que todas las emociones son legítimas y debemos aceptarlas, en lo que sí debemos incidir es el comportamiento que se deriva de ella.

En este sentido, la impulsividad puede representar un peligro. Como ejemplo, podemos enseñar a nuestro hijo que estar enfadado es legítimo, pero no pegar a su amigo porqué le ha quitado el juguete de las manos.

Consejos para practicar la conciencia emocional

A continuación se sugieren algunas actividades que pueden ayudar a tu hijo e hija a  explorar su propia conciencia emocional:

  • Dibujar rostros que expresen emociones.
  • Redactar un diario emocional (puede ser privado, o tener fragmentos que pueden compartirse).
  • Imitar conjuntamente distintas emociones
  • Identificar las emociones entre ambos, como si se tratara de un trabajo en equipo y detectar el porqué de ese sentimiento
  • Leer conjuntamente cuentos que ayuden a la conciencia emocional. La colección de cuentos de Toni y Tina, realizado por el propio Hospital Sant Joan de Déu y la editorial Almadraba, trabaja la gestión de las emociones en la edad pediátrica.

Trabajar la empatía, un aspecto fundamental en la gestión emocional

La expresión emocional es fundamental para comprender las emociones de los demás, saber cómo se sienten, y poder compartir las emociones. Esta capacidad para reconocer, comprender y conectar con las emociones ajenas permite comprender no solamente el punto de vista de los demás, sino la emoción desde la cual viven un suceso. A esto se le denomina empatía.

Es pues aconsejable que actúes siempre con empatía, para ponerte en el lugar de tu hijo y ser capaz de experimentar sus mismos sentimientos y emociones. Para ejercitar la empatía, lo más importante es escucharles de una forma activa, haciendo un ejercicio de comprensión y de respeto mutuos.

La empatía favorece el buen clima en un hogar, cosa que conlleva indudables beneficios para el desarrollo del niño o adolescente.

 Practicar la empatía es fundamental para que tu hijo también la desarrolle.

Actividades para la gestión de las emociones

A continuación te ofrecemos la lista de algunas de las actividades que, ayudan a las personas, y en especial a los más pequeños, a gestionar sus emociones negativas y fomentar las positivas:

  • La música: tanto escucharla como tocar un instrumento, bailar o practicar el canto.
  • El juego y el tiempo libre: es muy aconsejable que este sea un tiempo compartido con los padres, en la medida de lo posible. Ayuda, entre otras cosas, a comunicarse, a tolerar las pequeñas frustraciones y a mejorar el sentido del humor.
  • Potenciar el contacto físico: las caricias y las palabras afectuosas tienen beneficios psicológicos comprobados.

Los cuentos están diseñados para facilitar el dialogo con los niños y niñas sobre temas educativos que es importante tratar preventivamente ya desde la infancia. El cuento, es un marco de juego que se adapta al lenguaje y la manera de pensar de los niños. Aquí tenéis  50 cuentos para trabajar las emociones con los niñ@s

No nos olvidemos que las emociones son necesarias trabajarlas en las diferentes etapas de la vida, por lo tanto son muy útiles los actividades para trabajar las emociones con los adolescentes.

Es importante que los adolescentes aprendan a reconocer y manejar las diferentes emociones y les puede ayudar esta recopilación de cuentos

Finalizamos con la siguiente referencia bibliográfica si queréis  profundizar sobre la educación emocional :

García, E. Educar con inteligencia emocional en la familia. VI Cuaderno Faros: ¿Cómo educar las emociones? La inteligencia emocional en la infancia y la adolescencia.

Fuentes: Ministerio de Educación y Formación Profesional; ttps://faros.hsjdbcn.org/es/articulo/claves-educacion-emocional-ambito-familiar

 

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